La mujer es el árbol de la ciencia del mal y del bien, cuyos frutos encierran la muerte y la vida. Hasta hoy el hombre no ha probado sino los frutos mortíferos y vive muerto; de hoy en adelante debe probar los frutos de la Sabiduría para resucitar en el reino del Amor.
Hay que buscar a la esposa espiritual; bienaventurado quien la encuentra en la esposa propia; si no, hay que buscar el ideal en otra mujer y unirse a ella espiritualmente.
¡Cuidado! La unión espiritual no comprende unión sexual, que es ceguera y muerte.
Hay que amarla sin deseo y adorarla sin profanación.
¿Hay excitación? ... mucho mejor, manejada según claves creará: Felicidad, sabiduría, abundancia, valor y dominio sobre las penas.
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